Zenith, perteneciente al LVMH, resucita el icónico Calibre 135 para darle una nueva vida.
Aurel Bacs y Alexandre Ghotbi han propuesto resucitar ésta maestría en relojería. Para hacerlo realidad, se pusieron en contacto con el famoso relojero artesano Kari Voutilainen y le encargaron su restauración y acabado.
«Solo hay un reloj y un movimiento, y no hay cientos de piezas de recambio. Este es el desafío de la restauración: hay que hacerlo todo correctamente en un solo intento.» – Kari Voutilainen
Zenith
En 1865 y con tan solo 22 años, Georges-Favre Jacot fundó esta empresa en la ciudad de Le Locle. No fue hasta 1911 cuando se le dió el nombre que conocemos en la actualidad. Con él, quisieron hacer referencia al cénit (punto más alto del cielo), y siguiendo la misma idea, se escogío el símbolo de la estrella.
En 1999 fue adquirida por LVMH, líder mundial en artículos de lujo.
Se diferencia de otras casas relojeras debido a que es una manufactura relojera, es decir, produce sus propios mecanismos.
Calibre 135
Entre 1949 y 1962, la marca contaba con dos versiones del Calibre 135: una comercial y la versión «O», dedicado a las competiciones de cronometría de observatorio.
Éste consiguió más de 230 premios de cronometría, lo que supuso el récord en la historia de la relojería y el posicionamiento en el que todavía se encuentran a día de hoy.
El nuevo Calibre 135 Observatoire
Con un envoltorio inspirado en las pasadas versiones comerciales, además cuenta con una caja de platino de 38mm y segundero a las 6 en su esfera.
Éstos nuevos modelos sólo se venderán por Phillips en colaboración con Bacs & Russo y se entregarán a un número determinado de clientes. Para ello, seguirán dos criterios: el orden de llegada de las peticiones y a aquellos clientes que realmente lo van a apreciar, es decir, sin tener el objetivo de revenderlo.
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