Los perfumistas, al igual que hacen los músicos, eligen las notas adecuadas para crear una composición única y hermosa. Una creación que se basa en los recuerdos y en la afloración de sentimientos que nos produce ese momento de nostalgia. Por ello, la perfumería de lujo cada vez más se centra en la personalización de los perfumes, alejándose de la globalización que copa todo nuestro mundo. Crean fragancias únicas que se adaptan a los gustos, a los recuerdos y a las sensaciones de sus clientes.
Una de esas perfumerías nicho es Le Labo, una firma creada en 2006 de la mano de dos amigos, Eddie Roschi y Fabrice Penot , que se conocieron trabajando para grandes marcas perfumistas y que buscaban desmarcarse de la perfumería tradicional.
El resultado es una firma, con estética muy sencilla y aspecto outsider, que permite crear fragancias totalmente personalizadas, donde la artesanía es una de sus máximas. Cuidan todo al detalle, desde la materia prima hasta la ejecución a mano de todo el proceso. Para ellos el perfume es un arte y como tal, debe ser irreverente, apasionado, impactante, sorprendente, inspirador y sentimental.
Al entrar en su tienda de Nueva York, el cliente se sumerge en un proceso creativo donde él es el principal creador. Es él el que decide cómo y en qué medida se mezclan las diferentes esencias. A partir de ahí, se espera a que la mezcla repose y, si le gusta, lo convierten en perfume. Se embotella y también se personaliza el packaging al gusto del consumidor. Se pueden grabar sus iniciales en la botella, escribir lo que se quiera en la etiqueta y hasta elegir la bolsa en la transportará su preciado y único perfume.
Le Labo ofrece perfumes a la carta, productos de belleza para el hombre y la mujer, y fragancias para perfumar el hogar.
Uno de sus perfumes más icónicos es Santal 33, una fragancia unisex ahumada y picante con cardamomo, iris, violeta y sándalo que evoca la imagen del fuego, humo suave y sensación de libertad. Desde su creación en 2011 se ha convertido en un perfume de culto de la marca neoyorquina que, a pesar de no invertir en márketing, ha sabido posicionarse como uno de los referentes del mercado nicho. Quizás el pertenecer a una gran firma como Estée Lauder desde 2014 la ha ayudado en el proceso.
© Imágenes Le labo
Etiquetas: Le Labo Fragances, Magazine de Lujo, Perfumes nicho, Perfumes personalizados, Revista de Lujo, Tendencias de Lujo, The Luxury Trends
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