No es casualidad que la sede de que esta gran firma se encuentre en el Paralelo 46 del Hemisferio-Norte, pues sus maestros relojeros están familiarizados con las constelaciones que se ven justo encima de sus cabezas. El reloj de edición especial de 16 artículos rinde homenaje a la astronomía con una esfera decorada con un gráfico de estrellas rodeada por una delicada jaula de filigrana. Es un elemento, aunque puramente decorativo, precioso y bastante delicado.
Como bien dice su nombre “Grande Complication”, este es uno de los relojes más complejos que han salido hasta la fecha. Su estructura es la joya de la corona de cualquier amante de los relojes, puesto que podrán desgranar pieza por pieza este artículo de coleccionista. Orbitando la carta estelar hay un regulador que gira sobre su propio eje cada 60 segundos y, en el borde del disco en el que se representa el gráfico, un puntero dorado con forma de sol muestra la fecha, el mes y el signo del zodíaco correspondiente.
Pero a pesar de lo impresionante que es, lo más destacado del reloj no es su pantalla astronómica, sino su capacidad para proporcionar una indicación audible de la hora a través de lo que Jaeger-LeCoultre dice que es «un repetidor de minutos para la era moderna».
Como era de esperar en piezas de este nivel de complejidad, esta variante se emitirá en formato de edición limitada: únicamente 8 ejemplares en oro rosa y 8 más en oro blanco. Estos son relojes que, a menos que uno tenga la oportunidad de ver en persona, una posibilidad que parece ir desapareciendo bajo las circunstancias actuales; debe apreciarse a distancia y de manera abstracta para poder apreciarlo en todo su esplendor.
©Imagenes Jaeger-LeCouture
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