Fundada en una pequeña población al sur de Suecia, Hästens comenzó como taller de guarniciones para caballerías. En aquella época, en pleno siglo XIX, los guarnicioneros y talabarteros también elaboraban colchones de cama. El primer colchón de la casa se fabricó probablemente en 1852, cuando Pehr Adolf Janson, el tatarabuelo del actual propietario, Jan Ryde, sentó los cimientos de la empresa. Desde entonces la misma familia ha seguido dirigiendo las actividades y el crecimiento de la compañía.
Pehr Adolf era un artesano de la vieja escuela. La calidad y el trabajo bien hecho eran conceptos casi sagrados para él, una actitud que supo transmitir tanto a sus colaboradores como a las generaciones posteriores. Pehr estaba convencido de que hacer artículos poco elaborados y baratos permite vender a corto plazo pero acaba ahuyentando a los clientes, por lo que, a la larga, se sale perdiendo. A su modo de entender los negocios, hay que elaborar productos que hagan a una empresa merecedora del respeto de la gente.
Esa ha sido siempre la divisa de Hästens, cuyas camas se hacen a mano a partir de materiales naturales. Seguramente una máquina lo haría más barato, pero el ser humano lo hace mejor. La labor manual conlleva también implicación, pasión, interés, ambición y cariño. Por eso Hästens ofrece una garantía escrita de 25 años contra rotura de muelles y bastidor.
Cada cama que sale de la fábrica de Köping, municipio donde se encuentra la fábrica de los sueños -que es como en Hästens denominan a su fábrica- lleva un número de serie único. El certificado de garantía va firmado por el maestro artesano que la ha hecho.
Agrupados en tres colecciones, los distintos modelos Hästens han sido concebidos para satisfacer las características físicas y los deseos específicos de cada persona. Para acertar en su elección y quedarse con la mejor cama, el consumidor debe tener en cuenta determinados aspectos.
En primer lugar, el tamaño. La cama debe ser suficientemente grande para poder estirar todo el cuerpo y darse la vuelta fácilmente. Las camas Hästens están disponibles en anchos de 90 hasta 210 cm y en largos de 200, 210 y 220 cm. Y siempre existe la posibilidad de encargar una cama a medida. El segundo condicionante importante es lo blanda o dura que es la cama. En el modelo adecuado se yace, no se flota ni se es “absorbido”. La cama ideal es cómoda y proporciona el apoyo necesario para descansar. Es la cama en la que uno despierta fresco como una rosa.
Además del producto principal, la cama, Hästens también produce accesorios y complementos que contribuyen a la calidad de la experiencia del sueño. Colchonetas, patas, cabeceros, ropa de cama, almohadas, colchas… Un conjunto de propuestas para completar una elección perfecta.
© Imágenes Hästens
Etiquetas: Camas de lujo, Hästens, Magazine de Lujo, Pehr Adolf Janson, Revista de Lujo, The Luxury Trends
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