Entrar en la sección de belleza de unos grandes almacenes es, para la mayoría de las mujeres, como entrar en una tienda de caramelos para los niños. Miles de productos para probar, oler y sentir. No se sabe qué elegir y, por lo general, se sale del comercio con alguna cosa más de la prevista al entrar a echar solo un vistazo.
Si el lugar en cuestión es, además, un espacio que ofrece productos de lujo, la sensación todavía es más embriagadora.
Uno de esos grandes almacenes es Harvey Nichols, cadena de lujo británica cuya tienda insignia está situada en Knightsbridge, en Londres. La reciente remodelación de su sección de belleza la hace el lugar perfecto para tocar, sentir y jugar.
La idea fue crear una alternativa a la tradición, un espacio con menos ruido visual. El resultado, diseñado por los arquitectos Virgile & Partners, une practicidad con creatividad. Una planta baja donde se encuentra un salón de belleza elegante y reluciente, revestido en mármol y con decoración en cobre y oro.
Cada mostrador de belleza está flanqueado por pantallas táctiles y diseñado para reflejar el carácter de las marcas que se exponen. Así, por ejemplo, La Praire cuenta con un aparador metálico que recuerda a un glaciar, mientras que YSL se asemeja a una pastelería cosmética con gradas repletas de tentadoras delicias.
Harvey Nichols ofrece cada semana masterclass de belleza y experiencias exclusivas para sus clientes. Además, cuenta con el espacio Nails Inc. Bar, que ofrece todo tipo de servicios para la manicura y la pedicura, un servicio express para aquellas personas que tengan alguna urgencia de belleza, el salón de peluquería de Daniel Hersheon y el llamado salón de la luz, con tratamientos de rejuvenecimiento facial.
Al entrar en Harvey Nichols Beauty un conserje recibe al cliente para asesorarle y ofrecerle el mejor servicio que necesite. Junto a las marcas más comerciales se encuentran ediciones exclusivas y firmas nicho, para que cualquiera encuentre aquello que está buscando.
El origen de Harvey Nichols fue una pequeña tienda de ropa que Benjamin Harvey abrió en Sloane Street en 1831. Su hija heredó el negocio en 1820 y decidió formar una sociedad con Colonel Nichols, con el que inauguró la primera tienda Harvey, que por entonces comercializaba objetos de lujo, como alfombras orientales o suntuosas telas de seda, todos productos traídos de las colonias inglesas. El negocio fue creciendo y en 1880 se construía el actual edificio.
Actualmente Harvey Nichols cuenta, además de con la emblemática y principal tienda de Knightsbridge, en Londres, con otras seis tiendas en el Reino Unido e Irlanda: Bristol, Dublín, Manchester, Edimburgo, Birmingham y Leeds. En el resto del mundo posee almacenes en Dubai, Riyadh (Arabia Saudita), Honk Kong o Ankara (Turquía).
© Imágenes Harvey Nichols
Etiquetas: Harvey Nichols beauty, Magazine de Lujo, Productos de belleza de lujo, Tendencias de Lujo, The Luxury Trends
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