El nuevo champagne Krug Vintage 2002 es una oda a la naturaleza

Gourmet / 20 mayo, 2016

Cualquier celebración es una buena excusa para descorchar una botella de champagne. Sus burbujas se asocian a momentos de alegría y es raro que aparezcan en recuerdos tristes. Quizás es por ello que al degustar esta bebida se busque la excelencia y la calidad. Y un buen ejemplo son los champagnes de la Maison Krug, famosa por producir exclusivamente cuvées de prestigio.

Su última creación es el Krug Vintage 2002, un champagne que pertenece a la primera cosecha del milenio y que ha estado 13 años en bodega. El año 2002 fue un año casi perfecto a nivel de meteorología para el vino y por ello lo definen como una oda a la naturaleza.

Luxury Trends Krug 2002

Krug Vintage 2002 es una mezcla de uvas de varias parcelas y es un equilibrio perfecto de Pinot Noir, Chardonnay y Meunier. Tiene frescura, tenacidad y notas cítricas, con aromas de grosella, regaliz y galletas de chocolate. Marida muy bien con platos de pato, calabaza asada o guisado de lentejas, y con postres como el tiramisú. Es elegante, con finas burbujas que despliegan su longitud, y tiene un intenso color dorado, fruto de su larga estancia en bodega.

Todos los productos de la Maison Krug tienen una calidad indiscutible que se fundamenta en tres principios: selección individual de las parcelas en las que se cultivan los diferentes tipos de uva, el arte de cada una de las mezclas y el dominio del tiempo que se extiende a un ritmo lento, superando con creces los requisitos oficiales en la elaboración de champagne. Gracias a ello, los cuvées Krug se caracterizan por su distinción, singularidad y originalidad.

Krug 2002 The Luxury Trends

Su secreto está en sus orígenes. Krug fue fundada por Joseph Krug en 1843 y su objetivo era ir más allá de las añadas para crear un champagne único. Su fin era poder crear cada año el mejor producto independientemente de las variaciones del clima. Para conseguirlo, empezó a crear una reserva de vinos, hechos de uvas de diferentes parcelas de tierra que se convirtió en una extensa paleta de mezclados. De esta forma, cualquiera que fuese el tiempo y la cosecha, era capaz de crear un champagne rico en matices y único.

Desde entonces han pasado seis generaciones, pero continúan aplicando la misma filosofía. Hoy en día cuentan con más de 150 vinos en reserva y miles de notas de degustación. Por ello, los champagnes de la Maison Krug son únicos. Si además se une el hecho de que ofrecen un número limitado de botellas de cada una de sus creaciones, sus productos adquieren el nivel de excelencia y exclusividad.

© Imágenes Krug Vintage 2002


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