Aunque Omán es uno de esos países que cuesta situarlo en el mapa, es un destino que no defrauda, por su naturalidad sin artificios para el turismo. Es tal cual. Con unos paisajes desérticos que enamoran, unos castillos que transportan al viajero a otro tiempo y una gente amable, poco acostumbrada a la invasión de visitantes extranjeros.
Un lugar perfecto para hospedarse si se decide visitar este poco explorado rincón del planeta es The Chedi Muscat, un resort de lujo situado entre las montañas de al Hayar y el Golfo de Omán que es un oasis de paz y tranquilidad, un lugar donde relajarse y olvidarse del mundo.
Situado cerca de Muscat, capital de Omán, The Chedi Muscat no se distingue por su fácil acceso, ya que para llegar hasta él se ha de transitar por una carretera indescriptible repleta de vehículos. Sin embargo, una vez se cruza el umbral de la puerta, el huésped se encuentra con una larga playa de arena blanca y un frondoso jardín que aísla al visitante del resto del mundo.
Con una decoración de inspiración oriental, con toques árabes, como los techos de madera tallada o las puertas en forma de arco, los edificios que componen el resort son blancos y de líneas simples para mezclarse con las viviendas de los mercaderes de Muscat.
Cuenta con 158 habitaciones y suites, decoradas con muebles de fieltro gris, accesorios lacados de Carey y elegantes lámparas colgantes. Todo es lujoso y exclusivo, como los artículos de tocador de la firma Acqua di Parma.
The Chedi Muscat dispone de un espacioso spa y zona de fitness que ocupa dos plantas, en el que se ofrecen todo tipo de tratamientos para que el huésped se sienta a gusto y relajado. Cuenta con trece salas de tratamiento, sauna y sala de vapor, así como de una treintena de máquinas para estar en forma.
Una enorme piscina, de 103 metros de largo, preside el hotel, con cómodas hamacas donde relajarse y disfrutar de las cálidas temperaturas de invierno.
La parte gastronómica la forman seis restaurantes donde encontrar comida muy saludable y, a pesar de tratarse de un país musulmán, de una extensa carta de vinos, ya que gran parte de sus clientes son europeos.
Sin duda, el lugar perfecto para descansar tras un día descubriendo las desconocidas maravillas que ofrece Omán antes de que el boom turístico lo invada todo y pierda su encanto natural.
©Imágenes TheChedi Muscat
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