El arquitecto Ramón Esteve encontró una esta cima de Jávea situada sobre una tranquila y bella cala de aguas turquesas el lugar perfecto para edificar su nueva obra de arte: “la casa de la Cala Sardinera”.
Como su propio nombre indica, la casa está construida sobre Cala Sardinera, una de las calas con más encanto de la localidad de Jávea y cuenta con 1.285 metros cuadrados.
Esta vivienda unifamiliar de la Costa Blanca, con aire cubista, tiene como material protagonista el hormigón blanco, un material robusto que rompe con la delicadeza del entorno. La fachada que da al lado de la calle es hermética y cuenta con un sistema de láminas de madera de accoya blanqueadas orientables y motorizadas con el fin de preservar la intimidad de sus inquilinos y proteger la vivienda de los rayos del sol.
Sin embargo, la otra parte de la fachada que da al Mar Mediterráneo está especialmente pensada para integrar la casa en el entorno: sus infinitos muros de cristal consiguen integrar el paisaje en el interior de la propiedad, aportando una gran luminosidad y unas vistas espectaculares al Mar Mediterráneo a todas y cada una de sus estancias.
En la planta baja de la vivienda encontramos el comedor y el salón, que tiene una atractiva esquina de vidrio de seis metros de alto con maravillosas vistas al mar. La planta superior se ideó para albergar los dormitorios, que fueron pensados por su creador como miradores independientes gracias a sus espectaculares vistas al mar, integrando así el paisaje en las estancias e inundándolas de luz.
La arquitectura ha sido pensada para ofrecer a la vivienda la mayor luminosidad posible, para potenciar este rasgo, todas las paredes y muros de la casa de la Casa Sardinera están pintados en color blanco y cuentan con un interiorismo minimalista, que deja respirar el espacio creando un ambiente de calma y relax inigualable.
Entre la planta baja y la primera planta, la escalera actúa a modo de elemento escultural. Sus peldaños han sido diseñados en vidrio para no perder un rayo de luz y dar una sensación de amplitud a la estancia.
Durante el mes de junio, el estudio Ramón Esteve recibió el primer premio Porcelanosa en Proyectos Realizados por Casa Sardinera.
Pero uno de los aspectos más sorprendentes de Casa Sardinera son sus impactantes piscinas. Una de ellas está ubicada en el interior de la residencia, en la planta baja, y la otra está situada en el jardín, pero ambas tienen una peculiaridad; están conectadas de tal manera que desde la piscina que está al aire libre se puede ver la piscina situada en el interior gracias a una ventana longitudinal.
Sin duda, la casa de la Cala Sardinera es el perfecto remanso de paz en el que cualquiera querría hospedarse estas vacaciones de verano.
© Imágenes Ramón Esteve
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