Lo que en principio podría ser un resort más de lujo en la costa mejicana, es mucho más que eso. No sólo por los servicios exclusivos que ofrece, ni por sus lujosas habitaciones salpicadas de obras de arte, ni por su situación privilegiada…sino por la historia de la propiedad en la que se ubica, ligada al narcotraficante Pablo Escobar.
El resort en cuestión es Casa Malca, un pedacito de paraíso natural en Tulum, en la península del Yucatán, que Pablo Escobar compró en los años 80 para retirarse a descansar de sus negocios. Tras su muerte en 1993, la propiedad quedó olvidada hasta que el galerista y coleccionista de arte colombiano Lio Malca decidió convertirla en uno de los complejos turísticos más lujosos de la zona.
Casa Malca cuenta con 35 habitaciones rodeadas de naturaleza salvaje y 200 metros de playa caribeña, entre las que destaca la suite, de 70 metros cuadrados, con azotea, terraza privada y vistas privilegiadas.
Lo que más destaca de Casa Malca son las obras de arte que decoran todo el complejo, pertenecientes a la colección de Lio Malca, entre las que figuran pinturas, esculturas y mobiliario de artistas como Basquiat, Rafael Gómez Barros, Kenny Scharf o Kaws.
Además, cuenta con una piscina subterránea, dos piscinas exteriores, un lujoso bar y un par de restaurantes en los que se sirven cocina del Yucatán nutrida de ingredientes locales, y un túnel que conecta todo el recinto y un tejado muy adecuado para la vigilancia, que son los únicos indicios que indican que el lugar era la guarida de un narcotraficante.
Un lugar idílico donde la única regla es besar el agua una vez al día. El resto es disfrutar y relajarse. Un lugar donde reina la paz y el lujo, y donde el hecho de pertenecer a Pablo Escobar es tan sólo una mera anécdota del pasado.
©Imágenes Casa Malca
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