Años ha, las empresas basaban sus estrategias en el consumidor, en su lealtad y sus hábitos. Hoy, las grandes marcas tienen que evolucionar a la par que sus públicos si quieren mantener – y mejorar – su posición en el mercado. El gigante Apple ha conseguido descifrar la clave del negocio y se corona – una vez más – como pionera en su sector, siendo la primera marca que basa sus acciones en la esperanza del consumidor.
Aunque resulte sorprendente, los humanos no vivimos ni en el presente ni en el pasado. Vivimos casi exclusivamente en el futuro. Nuestros cerebros pasan la mayor parte prediciendo qué recursos necesitaremos para lidiar con lo que esperamos que suceda dentro de cinco segundos, cinco minutos, cinco días o cinco años. Por ello, necesitamos la esperanza. Cuando la experimentamos, la atribuimos a personas, objetos y lugares. Apple ha sabido captar esa necesidad y ponerla en práctica en su modelo de negocio.
Apple reunió con éxito a personas de todo el mundo, transmitiendo en Youtube para garantizar la máxima facilidad de acceso para sus seguidores. Demostró lealtad a ellos y a sus aspiraciones. Representaba sus alegrías y los amparaba de sus miedos. Luego ofreció una serie de nuevos y atractivos productos que podían utilizarse en cualquier aspecto de sus vidas cotidianas: contactar y crear conexiones globalmente, fotografiar aquello que desearan, rastrear los pasos que se caminaban cuando salían a comprar o hacer deporte. El gigante tecnológico se volvió sagrado de una manera que los productos no pueden hacer por sí solos y los servicios nunca lo harán.
En el marco general en el que las compañías deben actuar, Apple estableció las bases para las empresas que, de ahora en adelante, quieren basarse en la esperanza del consumidor. Entre ellas, las firmas deben poner énfasis en la búsqueda de beneficios futuros frente a los beneficios que podemos obtener en el presente, incluir al consumidor en la búsqueda de la esperanza – Apple invita a sus clientes a contribuir en la investigación en salud como una forma de hacerlos parte de un futuro esperanzador – y comunicar en cualquier campaña, mensaje, imagen y diseño la visión de la compañía hacia el futuro. El éxito de Apple al convertirse en la primera empresa basada en la esperanza se basa en convertirse en personas cercanas, en sentirse parte de su círculo de tal manera que comparte sus esperanzas y cree que comparte las suyas bajo el lema de “Esperemos juntos”.
©Imágenes Apple
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