Cuando Coco Chanel presentó su icónico monedero de piel llamado 2.55 en 1955, seguramente poco esperaba que éste se convertiría en uno de los símbolos de la firma que ha quedado fijado en lo que define su esencia. De la misma manera, la modista francesa tampoco presentía que la tela matelassé, cosida en forma de motivos geométricos con la que confeccionó su pieza de marroquinería, permitiría que la forma del accesorio conservase su misma forma sin deformarse y ello abriese el uso de este tipo de tejido hasta otros campos del textil. Y del no textil: la firma ha decidido ahora reinterpretar este patrón geométrico símbolo de la “Mademoiselle” Chanel a su nueva línea de alta joyería “Signature de Chanel”, que cuida hasta el más mínimo detalle geométricamente hablando.
Las camelias, las estrellas, los leones, y las chaquetas de los jockey del mundo ecuestre, todo en conjunto, fue lo que inspiró en su tiempo a Coco Chanel para idear esta estructura en el tejido, y que ahora goza esta nueva colección de joyas compuesta por 48 artículos hechos a mano en el taller parisino de la firma. Transferir el diseño a la joyería no fue tarea fácil: el equipo de diseño tuvo que aplicar una técnica pensada para telas suaves pero en materiales duros como el oro o las piedras preciosas, sin renunciar con ello a la comodidad y ligereza. Y es que las horas de dedicación y esmero se ven claramente reflejadas en el resultado final.
Cada cual con su diseño redondeado, una mímesis de líneas y formas, los collares, brazaletes, pendientes y anillos que conforman las piezas de la colección parecen especialmente concebidas para adaptarse a la sensualidad de las curvas del cuerpo femenino. Además, los acentos azules del zafiro, el gris de las perlas, el brillo de los diamantes y los cristales perfectamente tallados y grabados dotan a las piezas de la colección de una elegancia y distinción únicas. Por ejemplo, cabe destacar el collar “Signature de Saphir”, de cinco cadenas de diamantes de corte brillante y marcado por un solo zafiro de Ceilán sin tratar de 21 quilates; en cambio, el brazalete “Signature Ultime Saphirs”, monta 265 zafiros en una estructura invisible, un trabajo que costó a sus diseñadores la faena de cinco meses incluyendo el tallo de cada zafiro uno por uno.
Si de algo no hay duda alguna es que cualquier creación de Chanel es, por sí misma, casi como una pieza de museo, y por sí sola realza a quien lo luce. Ahora, además, los del equipo de la firma de la “Mademoiselle” ofrecen con su alta joyería un plus de sensualidad y exclusividad para completar cualquier de sus atuendos. Porque quién negará que añadir una joya a un conjunto no es como poner una guinda en un pastel y termina de dar el toque que lo hace sublime.
Imágenes Signature de Chanel
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