En un mundo cada vez más globalizado donde todos siguen las mismas modas a la hora de vestir, comer, viajar o hacer ejercicio, siempre hay alguien que se quiere desmarcar de lo común, busca ser diferente, la exclusividad, los productos personalizados a sus gustos no a los de la mayoría. En esta parcela es cuando surgen las marcas nicho. Aquellas que ofrecen a sus clientes productos de ediciones limitadas o exclusivas que muchas veces se fabrican al gusto de la personalidad de sus clientes.
En el mundo de la perfumería son muchas las marcas consideradas nicho. Su ventaja es que pueden elegir entre materias primas más selectas que las grandes compañías no pueden añadir a sus productos, porque no existe suficiente stock en el mercado para abastecerlas. Su producción es limitada y, por tanto, reducida a un selecto grupo de elegidos.
Una de estas marcas nicho es L’Artisan Parfumeur, una casa de perfumes exclusivos cuyo proceso creativo se inspira en la naturaleza, está repleto de imaginación, utiliza las mejores materias primas y colabora con perfumistas visionarios que le dan ese toque tan especial a cada una de sus fragancias.
L’Artisan Parfumeur, fundada en París en 1976 por el perfumista y químico Jean Laporte, combina la tradición de la alquimia con las últimas tecnologías. Su visión de perfume lo concibe como un auténtico proceso de alquimia en el que los maestros perfumistas tienen un gusto exquisito para elegir los ingredientes y combinarlos, de tal forma, que el resultado sea el equilibrio perfecto.
Entre los perfumistas que han trabajado en L’Artisan Parfumeur destacan narices de la talla de Bertrans Duchaufour, Olivia Giascobetti, Anne Flipo o Jean-Claude Ellena.
El diseño de la botella de las fragancias de L’Artisan Parfumeur está inspirada en la que usaban los antiguos boticarios. Con un diseño heptagonal de vidrio ahumado, se ha convertido en todo un símbolo distintivo de la marca.
Una de sus primeras creaciones y que todavía se fabrica es Mûre et Musc, un perfume icónico que destaca por el irreverente contraste entre el almizcle blanco y las suculentas moras. Una fragancia atrevida y dinámica que fue toda una innovación en el mundo de la perfumería y que, sin embargo, se ha convertido en todo un clásico. Sus notas son mora, almizcle y bayas rojas.
© Imágenes L’Artisan Parfumeur
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