¿Qué es para usted el lujo?
No es sólo tener ropa maravillosa o joyas. El lujo muchas veces es tener el silencio, el espacio…que te da una calidad de vida. El lujo es rodearte de las cosas que a ti te gustan, de lo que para tí es la belleza de los objeto, de los espacios. Para mí el mayor lujo que hay es vivir en la naturaleza, rodeada de mar y de flores.
¿Qué es lo que ha de tener un producto de belleza para ser de lujo?
El packaging en cosmética es fundamental porque estás vendiendo ilusión. Además, para ti, para la persona que lo consume, ha de ser confortable. Que cuando te pongas una crema sientas un olor que te encante, te guste la textura y que tu piel te lo agradezca, que notes que te cambia. Cada uno tiene un producto que le va mejor para su tipo de piel, pero hay una cosa muy importante que es el mundo de los sentidos, que tenga un olor agradable. La aromaterapia es increíble porque te influye muchísimo en la mente. Hay cremas como el Sublimage de Chanel que tiene un olor como el frangipani, una flor asiática, que cuando te la pones, inmediatamente notas un bienestar.
¿Cuáles son sus trucos de belleza?
Yo no tengo trucos, lo que tengo es una perseverancia y una constancia enorme. Jamás me he ido a dormir, llegase a la hora que llegase, sin hacerme una buena limpieza de cutis, darme un tónico y una crema o un Night Repair, que por la noche te ayudan a regenerar la piel. Siempre, desde los doce o trece años. La primera vez que mi madre me llevó a un salón de belleza de Elisabeth Arden lo hizo para que yo sintiera el gusto por cuidarme. Yo, que era adolescente, me sentí como una reina porque me trataron como una estrella de Hollywood. A partir de ahí, mi madre me regaló una limpiadora, un tónico y una hidratante, y me dijo “con esto tienes suficiente. Más adelante ya veremos”.
¿Fue su madre quien la introdujo en el mundo de la belleza?
Sí. Yo observaba cómo se arreglaba. Fue el espejo en el que mirarme. Un niño es mimético. Si ve que su madre se cuida, se maquilla… quiere hacer lo mismo.
¿Es presumida?
Sí. Soy muy femenina. Soy coqueta. Me gusta estar impecable esté fuera o dentro de mi casa. Uno nunca debe tener miedo a abrir la puerta si alguien llama. Hay ropa monísima para estar en tu casa cómoda y confortable y que te ayudan a no tener miedo a una visita inesperada.
Tengo mucha disciplina. Aunque llegue tarde a casa, cansada de trabajar, tengo mucha constancia. Por la mañana, arreglarme es una costumbre, una rutina.Los días de fiesta, si me quedo en casa, no me maquillo mucho, pero algo siempre. Ni que sea un poquito de colorete.
¿Qué es lo que nunca puede faltar en su neceser?
Una barra de labios, un tubo de crema Nivea, por si se me reseca la piel o darme en las manos, y un contorno de ojos, que es mi zona más delicada.
¿Es partidaria de la cirugía estética?
Totalmente. Yo hasta ahora no me he hecho un lifting, pero me he operado los párpados y bolsas. Fue hace diez o doce años, después de la muerte de mi marido. Genéticamente, por parte de los Lomana, tengo una predisposición a generar bolsas y piel de los párpados y por eso me lo hice y pronto tendré que volver a hacerlo.
El lifting lo haré cuando se me caiga la cara, sin duda. Para eso tenemos los medios y la tecnología. Estoy en contra de los lifting radicales de las americanas, por ejemplo, pero si de un pequeño estironcillo cuando se te quede cara de bulldog. Prefiero una buena cirugía al bótox porque, sobretodo en los ojos, he visto auténticos desastres y hay que tener mucho cuidado.
Y hablando de otro tipo de belleza, ¿qué prefiere, mar o montaña?
Las dos cosas. Donde vivo yo en Marbella es perfecto porque estoy tocando a la montaña, pero tengo el mar enfrente.
Un lugar para perderse y desconectar
Si quieres desconectar totalmente, vete a Maldivas o a una isla perdida y, si puede ser sin cobertura de móvil, mucho mejor.
En España, diría Asturias, Marbella o Menorca. Siempre me apetece ir a cualquiera de los tres lugares. Podría decir también el País Vasco, que es donde he vivido toda mi vida, pero hay tantos lugares… Depende del momento, de cómo te encuentres. No soy de ir siempre al mismo sitio.
¿Sola o acompañada?
Depende. Si la persona que te acompaña es alguien que es parecida a ti, que quieres y te gusta, por supuesto que sí. Sino es mucho mejor sola.
Etiquetas: Belleza, Diamante a la Excelencia, Luxury Spain, Magazine de Lujo, Tendencias de Lujo, The Luxury Trends