En la localidad suiza de Le Brassus, dentro del valle de la Vallée de Joux, se levanta el Musée Atelier Audemars Piguet, un espacio que reúne más de dos siglos de historia relojera y muestra cómo la precisión mecánica puede trasladarse también a la arquitectura.
El edificio fue diseñado por el estudio danés Bjarke Ingels Group (BIG), con el objetivo de que tome forma de espiral de vidrio y acero, una estructura que recuerda al movimiento interno de un reloj. Su diseño circular permite recorrer la evolución de la marca desde su fundación en 1875, mientras la luz natural acompaña el paso del visitante, igual que un segundero que marca el tiempo con exactitud.
El museo también destaca por su atención a la sostenibilidad. El edificio emplea sistemas avanzados de climatización y control lumínico diseñados para preservar las piezas reduciendo el consumo energético, mientras que su integración arquitectónica con el entorno refleja la visión contemporánea de la manufactura hacia una gestión responsable del patrimonio.
En el interior se exhiben más de 300 relojes, incluyendo el modelo “Universelle” de 1899, una pieza con más de 1.100 componentes considerada una de las más complejas creadas por Audemars Piguet. Además de su función expositiva, el museo incorpora los talleres de Grandes Complicaciones y Métiers d’Art, donde los artesanos trabajan frente al público en espacios acristalados. Este enfoque refuerza la transparencia institucional y convierte la visita en una experiencia de aprendizaje directo. Los visitantes pueden observar procesos de ensamblaje, ajuste y pulido que han situado a la firma en la élite artesanal del mundo, haciendo que términos como precisión, regulación y acabados cobren un sentido tangible.
La visita se organiza en grupos reducidos y requiere reserva previa. Durante el recorrido, los visitantes descubren no solo la historia de la firma, sino también el vínculo entre el oficio relojero y el entorno natural del valle, cuna de la alta relojería suiza.
El Musée Atelier Audemars Piguet no solo conserva el legado de la manufactura, sino que lo traduce en una experiencia viva: una espiral de tiempo, precisión y oficio que une historia y lujo.
©Imágenes de Audemars Piguet
