Hace muchos años atrás antes de que llegaran a nuestros móviles, mediante Instagram, los Porsche reactualizados de Singer y que Magnus Walker fuera una institución del fenómeno Porsche Addiction ya existían empresas que con una larga trayectoria se dedicaban a mejorar las prestaciones de los 911. Entre ellas RUF.
Todo empezó en 1939 en la localidad de Pfaffenhausen en la región de Algovia (Alemania) cuando Alois Ruf en un pequeño taller creó AutoRuf. Un tiempo después, en 1949, con la intención de garantizar la continuidad de la empresa decide agregar una gasolinera. Esta decisión mejoró la situación de la empresa y unos pocos años más tarde Alois Ruf viendo la creciente afición de los alemanes a viajar empieza a incluir la construcción de autobuses totalmente equipados de alta calidad en sus actividades.
Ya en 1960 con Alois Ruf Jr. merodeando por la empresa de su padre gesta otra idea sobre la fabricación de vehículos, concretamente, su visión era la de fabricar coches deportivos de altas prestaciones.
Así pues, durante los años 60 A.Ruf Junior se dedicó a restaurar coches y concretamente se especializó en Porsche. Esto le ayudo a adquirir una serie de conocimientos especializados sobre los modelos 911 proporcionándole una gran experiencia.
En 1974 tras la lamentable fallecimiento de Alois Ruf, su hijo, Alois Ruf Jr tomó la dirección de la compañía y continuó con la filosofía de la alta calidad e innovación hecho que la ha convertido actualmente en una de las compañías de superdeportivos más respetadas y exclusivas.
En 1981 la empresa fue oficialmente renombrada como RUF y la Kraftfahrt-Bundesamt la reconoció como fabricante de vehículos. Dado que la cantidad de componentes nuevos introducidos en las carrocerías Porsche 911 de base son innumerables. Es por este motivo que RUF ostenta la categoría de fabricante y no de preparador como a simple vista podría parecer.
Las décadas de los 80 y 90 fueron un éxito y la aparición del modelo CTR3-ClubSport en el 2013 acabó de situar en otro nivel a la compañía.
El CTR3, aún a día de hoy en el catálogo de RUF, planteó de qué era capaz de hacer la empresa en todos los ámbitos de la automoción por si quedaban dudas en su trayectoria. Este modelo presenta un motor bóxer turbo de 6 cilindros que proporciona 777cv de potencia y cuya apariencia estética es impactante y no deja indiferente al igual que sus cualidades dinámicas y la calidad de sus componentes.
Pero tras unos aparentes años sin grandes novedades este 2018 en el salón de Ginebra, RUF hizo una flamante aparición con su nuevo modelo el SCR pero sin olvidar su modelo anterior el CTR que vio la luz en 2017.
Ambos son una recreación, mejora, modernización,… de 40 años de historia de la marca y de continua mejora que se traducen en tecnología. Modelos que incorporan desde suspensión independiente de geometría similar a la de los monoplazas de Fórmula 1, un motor de seis cilindros de 500 CV inferior a los 4000 cc. y con un peso total de 1300 kilogramos. Todo ello vestido de un atemporal y elegante cuerpo de fibra de carbono.
IMAGENES©: Ruf Automobile, Autobild