Si existe un paraíso en la tierra, está sin duda en las Maldivas. Más de mil islas salpicando 90.000 kilómetros cuadrados de mar. En este enclave privilegiado se encuentra Soneva Fushi Resort, un complejo turístico compuesto por villas de lujo y residencias exclusivas situadas entre una frondosa vegetación en Baa Atoll, un atolón rodeado de arrecifes de coral que hará las delicias de los que lo visiten.
La filosofía del grupo Soneva es el “Slow Life” y eso es lo que se consigue en este entorno exclusivo. Ir descalzos todo el día, disfrutar de todas las maravillas que puede ofrecer el fondo del mar, tranquilidad y relax en el spa y un sinfín de actividades para tener una experiencia única.
El complejo está formado por villas de lujo que, inspiradas en el famoso náufrago Robison Crusoe, nos harán sentir como si estuviésemos solos en mitad de una vegetación muy frondosa. Las hay de uno o dos dormitorios, con o sin piscina privada, e incluso con casita en el árbol para buscar, si cabe, más intimidad.
Además hay residencias de tres y hasta nueve dormitorios que son mansiones de lujo exclusivas que disponen de piscina privada, gimnasio, spa y baño de vapor propio, dentro de la misma residencia. Ocupan 5540 metros cuadrados para poder disfrutar de la familia en la más estricta intimidad.
Pero no sólo hay que disfrutar del entorno y del relax, el Soneva Fushi Resort ofrece actividades muy diversas como el Cinema Paradiso o el Observatorio, ciclismo alrededor de la isla y, por supuesto, toda clase de actividades relacionadas con el mar. Existe la posibilidad de realizar snorkel con un biólogo marino o buceo nocturno, para conocer el mar que rodea las Maldivas de forma diferente. Morenas, peces león, pulpos, langostas o el maravillosos espectáculo que ofrece el placton bioluminiscente por la noche pueden ser una aventura única. Hacer un safari para ver delfines, comer en una isla desierta, pescar o viajar en Dhoni, embarcación de madera típica de la zona, pueden completar la experiencia.
Hay también una gran oferta gastronómica. Nueve restaurantes, muy diferentes entre sí, permiten conocer la cultura alimenticia de estas islas. Se puede comer en la playa, en el jardín o en la propia villa, con la luz de las velas o con la tenue iluminación del atardecer.
Un spa que ofrece todo tipo de masajes y tratamientos, completan la oferta de este maravillosos lugar que no dejará indiferente a nadie.
Un lugar para relajarse, desconectar, practicar deportes náuticos y pasear por sus maravillosas playas de arena blanca, con tranquilidad, calma, lujo y exclusividad.
© Imágenes Soneva Fushi Resort
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