Los relojes de Cartier son sinónimo de elegancia, precisión y savoir faire. Cada una de sus novedades sorprende por sus innovaciones técnicas y por su diseño. Y los nuevos modelos presentados en la última edición del Salón Internacional de la Haute Horlogerie Genève (SIHH) no han sido una excepción.
Dos de ellos corresponden a la colección Rotonde de Cartier y destacan por su estética y por sus innovaciones tecnológicas. Se trata de Mysterious Hour Skeleton y Minute Repeater Mysterious Double. Una colección cuya caja oculta los movimientos más avanzados de la Alta Relojería de Cartier.
El Rotonde de Cartier Mysterious Hour Skeleton reúne dos especialidades de la firma: la hora misteriosa y el esqueletado. Se trata de un reloj manual, de calibre manufactura 9983MC, con caja de paladio de 42mm y correa de piel. Con una estética más moderna de la habitual en Cartier , la subesfera del dial está realizada con dos pequeños discos de zafiro y lleva las agujas en blanco, situadas de tal modo que parecen no estar conectadas con el engranaje y la maquinaria del reloj.
Por su parte, el Minute Repeater Mysterious Double es manual, de calibre 9407MC, de doble tourbillon, realizado en titanio y con correa de piel. La caja de 45 mm incluye un repetidor de minutos y un tourbillon que esconde un sofisticado engranaje. Se trata de una edición limitada de la que sólo se fabricarán 50 unidades.
Ambos tienen un diseño pensado para el hombre moderno y sofisticado que tiene muy claro lo que quiere. Dos estilos muy parecidos que hará difícil la elección entre ellos.
Lo que está claro es que cada una de estas piezas de Cartier son una muestra más del buen hacer de la firma francesa que ha forjado su estilo más allá de las modas y ha creado un estilo propio basado en su historia. Joyero de reyes, de estrellas de cine y de millonarios ha sido también pionero en la relojería moderna, tanto para hombre como para mujer. Esta Maison fue fundada en 1847 por Louis François Cartier, quien se hizo cargo de un pequeño taller de joyería perteneciente a su maestro. A partir de ahí, el negocio fue creciendo, pasando de padres a hijos y creando auténticos iconos de la alta joyería. En 1904, una casualidad llevó al nieto del fundador a crear el primer reloj de pulsera, cuando un amigo piloto le comentó su desagrado al no poder cronometrar la duración de sus vuelos porque no podía pilotar y comprobar su reloj de bolsillo al mismo tiempo.
©Imágenes Cartier
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