Jean Michael Basquiat. ¿Que sería del arte moderno y del Pop Art sin él y sin su amigo Andy Warhol con el que realizó varias colaboraciones?.
En los 80’s, una década donde los ordenadores empezaban a aparecer en algunas oficinas, donde en las radios de los Ferrari Testarrossa, Lamborghini Countach, o VolksWagen Golf Cabrio sonaban canciones como “In the air tonight” o “The reflex” y en las pantallas de los televisores de medio mundo triunfaba “Miami Vice”.
Fue en aquel entonces, cuando algo sucedía en la sociedad: se empezaba a disfrutar de los excesos del capitalismo que se había desarrollado después de la segunda guerra mundial y con la crisis del petróleo de los 70’s. Así pues, nuevos ricos aparecían gracias a las multinacionales de Wall Street, hacía algunos años que viajar en jet privado y ser propietario de uno era un “must” para las fortunas.
Y el arte estaba ahí presente, manifestando las desigualdades sociales, las injusticias y las diferencias de género y raza. El mundo de la moda seguía de cerca todo cada movimiento. El arte y la moda se estaban unificando y estaban apareciendo nuevas formas de expresión gráfica como el grafiti.
Nombres como Andy Warhol, Julian Schnabel, Francesco Clemente ya sonaban y entre medio de todos ellos un joven de sangre tahitiana y puertorriqueña nacido en Broklyn despuntaba, era Basquiat.
Basquiat dejó el bachiller y su casa para irse a las calles de Low Manhattan donde vivía vendiendo postales y camisetas mientras practicaba el grafiti bajo el pseudónimo de SAMO. Pronto su irreverencia llena de carga poética y sátira pasó de las calles en 1980, a la pintura. Gracias a su curiosidad autodidacta y una educación informal por parte de su madre desde pequeño fueron los detonantes de un dominio plástico de sus obras cada vez mayor .Inspirado en Franz Kline o Jackson Pollock y un curioso libro de anatomía que lo acompañaba siempre desde un accidente a los dieciséis años.
Pero después de varias exposiciones, ya conociendo a Warhol y adicto a los estupefacientes, no fue hasta 1981 cuando apareció un reportaje sobre él en la revista ArtForum llamado “The Guardian Child” es entonces cuando empieza a despuntar su carrera y convertirse en una estrella. Realizaba bajo encargo sus obras, se codeaba con celebridades. Colaborando con Clemente y Warhol, aprendió nuevas técnicas y a escapársele la vida entre los dedos a base de excesos.
Finalmente, en 1988, después de unos meses en su casa de Hawai y de anunciar su recuperación a las adicciones Jean Michael fallece de sobredosis en Nueva York.
Su legado, forma parte del neoexpresionismo, un movimiento criticado por expertos por la falta total de base técnica, por la superficialidad del significado reivindicativo y por estar excesivamente expuesto a la demanda.
Aún así, gracias a la economía, a los medios, a los coleccionistas y a las galerías de arte. El valor y el reconocimiento del público a éstas obras era astronómica. De hecho, actualmente, sigue siendo así dado el simbolismo de esos cuadros y de sus artistas.
En 2013 por la obra Dustheads de Basquiat se llegaron a pagar 48.8 millones de dólares.
¿Pero que queda de todo ese legado? ¿Existen y quedan artistas gráficos de pincel y espray en mano actualmente? Difícil es dar respuesta a estas cuestiones y las comparaciones “son odiosas”. Pero bien es cierto que existe un movimiento contemporáneo de arte gráfico cuyos artistas tienen como inspiración el Pop Art y sus icónicos promotores.
Algunos de los nombres más relevantes de este movimiento con un trasfondo muy urbano serían los siguientes.
Danny Minnick, nacido en Seattle ha sido capaz de transformar su carrera como ex skater profesional de reconocimiento internacional en algo igualmente motivador para él, la pintura. Lamentablemente dicho giro a su carrera se dio a causa de una lesión que lo desplazó del mundo del skate. Pero dicha reinvención de él mismo, lo ha llevado a realizar obras coleccionadas por estrellas del celuloide o del deporte como Jesica Alba, Gus Van Sant o Lebron Jones.
King Saladeen, es el nombre artístico de Rahen Saladeen. Rahen nacido en Filadelfia desde niño tenía curiosidad por todo aquello plástico y por la pintura y el dibujo lo motivaban. Pero el básquet era una pasión incondicional. El básquet lo llevó a lo más alto de la liga AAU y la NCAA pero dejó el deporte para dedicarse a las artes gráficas. Se formó y trabajó en varias empresas como diseñador, hasta que su amigo John JP Thomson compró una serie de productos creados por Rahen y le animó a centrarse en su talento. King Saladeen, ha realizado exposiciones en galerías del Soho de Nueva York o Hollywood y ha estado presente en el Art Basel de Miami.
Brian Donnelly conocido como Kaws nació en Nueva Jersey. Su formación artística empezó en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York. Al trasladarse a Nueva York en los años 1990, Kaws comenzó a modificar las imágenes de la publicidad en paradas de autobuses y cabinas telefónicas esos carteles se volvieron buscadísimos cuando la popularidad de KAWS se disparó. A finales de los años 1990, Kaws después de trabajar para varias empresas como dibujante (entre ellas Disney), comenzó a diseñar y producir ediciones limitadas de figuras hechas en vinilo. Cada semana aparecía una edición limitada de juguetes que se volvieron obras de culto perseguidas des de tiendas en Tokio hasta en Colette de Paris. Tienda donde exponía y vendía también sus obras. A partir de ese momento aparecieron colaboraciones con marcas como Nike, Vans o Comme des Garçons, entre otras y sus estatuas han llegado a poderse ver en calles de Hong Kong, Suiza, Londres o Málaga.
© Imágenes: Jenna Baydee, Artslife, El Confidencial, Boîte Noire Gallery, Omey Projects, The Independent
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