Kopi Luwak: un café diferente, pero delicioso

Se pueden añadir más matices, pero un producto se puede considerar de lujo cuando es exclusivo, de alta calidad y artesanal, lo cual conlleva una producción con costes más elevados que se ven reflejados en el precio final. En el caso de los productos gourmet, podríamos añadir un sabor especial, único y supuestamente delicioso, aunque dependerá del paladar de cada uno.

Sin duda, el Kopi Luwak o café de civeta es uno de los cafés más lujosos del mundo. Exclusivo por su baja producción, artesanal por su elaboración manual y con un sabor único por las características de su fabricación. Mejor o peor, dependerá del consumidor.

Lo que sí es cierto es que es diferente al resto de cafés del mundo. Su producción se centra en Indonesia y Filipinas y su rareza radica en la particular forma de conseguirlo. El Kopi Luwak se obtiene de los granos de café que, tras ser ingeridos por la civeta, pasan por su tracto intestinal y son expulsados entre sus heces. El grano interno del café no es digerido, pero sí modificado químicamente por las enzimas presentes en el estómago del animal.

Aunque a prioir, pueda parecer poco comestible, lo cierto es que su sabor es único, más dulce sin azúcar añadido y menos amargo que el resto de cafés del mundo. El causante de todo ellos es la civeta que resulta ser el mejor recolector de café, ya que elige minuciosamente las bayas de café más apropiadas y en su mejor punto de madurez, para ingerirlas en su comida diaria. Una vez expulsadas de su cuerpo, aún con la capa interna del fruto, son recolectadas por los cafeteros que las lavan y las pelan, obteniendo los granos de café que luego tuestan ligeramente para no estropear los complejos sabores adquiridos durante el proceso.

El resultado es un café de muy baja acidez, con regusto a chocolate o caramelo y con un gran aroma y sabor intenso, muy apreciado por los cafeteros más sibaritas.

Considerado como uno de los cafés más caros del mundo, el elevado precio del Kopi Luwak le viene dado por su elaboración y por la poca cantidad que se produce. Tan sólo unos 500 kilos al año.

Probarlo merece la pena. Eso sí, es mucho mejor obviar de dónde procede y cómo ha llegado hasta nuestra taza.

©Imágenes Kopi Luwak

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