El tequila es el elixir excepcional, con una historia que muchos desconocen y que sin lugar a dudas animas todas las fiestas. Pero en los últimos años se ha revalorizado su consumo como espirituoso de alta calidad y elaboración, dignos de mención y de estar presentes en cualquier sobre mesa o coctelería que se aprecie.
Según cuenta la historia, un día de tormenta unos aborígenes (del actual estado de Jalisco) se resguardaron en una cueva durante el temporal. Mientras esperaban que la lluvia amedrentara pudieron observar como un rayo alcanzaba un agave azul cercano a ellos.
Al finalizar la tormenta, un aroma delicioso proveniente del exterior llamó su atención, y al acercarse a los restos de aquella planta, observaron que salía un jugo del interior de su fruto (Piña) y sin dudarlo uno de los aborígenes lo probó y descubrió un sabor dulce.
Con el tiempo descubrieron que con la ingesta de ese jugo la personalidad de todo aquel que bebiera ese zumo cambiaba y desde ese momento lo consideraron una bebida enviada por los dioses.
Desde ese día fue un néctar solo destinado para los jerarcas, y comenzó a ser utilizado como agua miel en todo ritual sagrado que fuera posible.
Siglos más tarde, en el siglo XVII, los españoles pudieron, por medios de destilación más sofisticados, extraer tanto el tequila como el mezcal y el consumo se diversifico.
Así pues, este espirituoso es un destilado originario del municipio de Tequila en el estado de Jalisco, México. Convirtiéndose en una denominación de origen controlada, reconocida internacionalmente, y que concretamente designa al destilado de agave elaborado en unas regiones determinadas de México.
Para ser más exactos solo existen cinco estados mexicanos que se encuentren protegidos por la denominación de origen del Tequila, los cuales son: Jalisco (todo el estado), Guanajuato (siete municipios), Michoacán (30 municipios), Nayarit (ocho municipios) y Tamaulipas (once municipios).
Por otro lado, e indagando más ¿Qué categorías y tipos de tequila existen?
Partiendo de la clasificación del estamento regulador más importante, la Norma Oficial Mexicana establece dos categorías de tequila:
En primer lugar el Tequila 100 % de agave: el cual se obtiene integramente de la destilación de las cabezas maduras de agave.
En segundo lugar podemos encontrar tequilas con hasta un 49 % del total de azúcares derivados y un 51 % o más de destilado del agave.
Paralelamente a estas dos categorías mencionadas, existe una clasificación relacionada con el tiempo de maduración, como ocurre con el ron u otros licores la cual consta de cinco clases de tequila. De menor a mayor maduración serían los siguientes:
Los blancos no requieren ninguna maduración y simplemente solo se les añade agua antes de envasar para poder ajustar la graduación de alcohol. Es pues, el tequila más puro.
Los jóvenes llamados Oro o Gold. Al igual que los blancos no requieren de maduración, pero pueden llevar aditivos para conseguir refinar el sabor o el aspecto, por ejemplo: para ajustar el color pueden tener caramelo, para conseguir una sensación en el paladar de maduración se les añade extracto de roble, el azúcar para endulzarlos y si la intención es modificar la textura la glicerina es otro de los aditivos utilizados.
Otros tequilas serían los reposados, estos tequilas se suavizan y redondean de sabor con un proceso de maduración de al menos dos meses en un pipón o en una barrica de madera.
Los añejos, en cambio tiene una maduración de al menos un año añejado en barrica.
Los extra añejos estos tequilas, según la Norma Oficial, son más actuales años a tras no se llevaban a cabo. Requieren al menos tres años de maduración en una barrica.
Por último, el tequila cristalino, este tipo se caracteriza por matices plateados con un gran cuerpo y por ser añejos filtrados (de hecho son añejos o blend con extra-añejos y/o reposados).
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