Reconocido por su habilidad para transformar, rediseñar e innovar creando universos visuales cargados de dinamismo y geometría, el artista del abstracto alemán Michael Riedel es capaz de aunar materiales, entramados y diseños hasta dar con creaciones realmente llamativas y bien ideadas. Son materias primas que, una vez transformadas, reflejan una esencia, un significado, una idea.
Por su afinidad creativa y expresiva, no es de extrañar que la casa de Dom Pérignon haya visto en Riedel el candidato ideal para materializar un concepto en la nueva caja de edición limitada para esta Navidad: significar la lenta y prodigiosa transformación de los champanes de añada Dom Pérignon en el transcurso de los años dentro de las barricas. En otras palabras, simbolizar en el diseño del embalaje sus etapas evolutivas de refinamiento llamadas <<Plenitudes>>. Concretamente, se ha centrado las de dos vintages que ahora alcanzan su Primera Plentiud, un momento especial en la vida evolutiva de un champán: el Dom Pérignon Vintage 2006 y el Dom Pérignon Rosé 2004.
Y es que, precisamente, el proceso de maduración y “cambio” por el que pasan los inigualables Dom Pérignon resulta muy equiparable a las metamorfosis que consigue Riedel a la hora de hacer sus creaciones artísticas. Así, para el diseño de la nueva edición limitada de la firma vitivinícola, el artista ha tomado las iniciales de la casa (“D” y “P”) y las ha deconstruido, agregado y superpuesto digitalmente cientos de veces para crear un entramado que da la impresión de movimiento a lo largo y ancho de las blancas y brillantes cajas y etiquetas de las botellas, un diseño que él mismo define como una “poética metáfora óptica del discurrir del tiempo”. A esto, además, Riedel le ha sumado embellecimientos en tonos rosados y verdes muy vibrantes y destacados que contrastan con el resto del montaje creativo. El resultado: un diseño muy fresco, contemporáneo y minimalista, adjetivos que concuerdan a la perfección con el estilo artístico del alemán.
No obstante, Michael Riedel no se ha encargado solamente de idear la imagen del packaging de estos dos champagnes añejos, sino que, siguiendo la misma línea de diseño y simbología, también ha creado un escultura en forma de bloque monolítico de mármol macizo, decorado con un patrón único de diseño exclusivo para Dom Pérignon. Se trata del Dom Pérignon P2 Monolith una estructura que alberga en su interior una botella del exclusivo Dom Pérignon P2 del 1998, en motivo de la celebración de la “segunda plenitud” (o “P2”) del mismo, un periodo decisivo para el carácter e intensidad de este champán. En el interior de la caja, esculpido en la piedra blanca, se desvela el esplendor de la silueta del P2, nada a envidiar a los majestuosos expositores de museo.
Anualmente, la casa Dom Pérignon colabora con artistas y creativos aclamados internacionalmente para la creación de ediciones limitadas de los champagnes más vintage de cada año. Por ejemplo, en el pasado la firma ha trabajado junto a nombres como la artista islandesa Björk y el video-artista Chris Cunningham en 2015, pero también con Karl Lagerfeld o David Lynch, entre otros. ¿Con qué nos sorprenderán el año que viene?
© Imágenes Michael Riedel para Dom Pérignon
No obstante, Michael Riedel no se ha encargado solamente de idear la imagen del packaging de estos dos champagnes añejos, sino que, siguiendo la misma línea de diseño
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