Si hay un país cuyos vinos tienen fama mundial es Francia. Mayoritariamente producido en explotaciones familiares, sus caldos son sinónimo de calidad y sofisticación. Se han sabido vender por el mundo y no hay celebración de alto nivel que no tenga un buen vino francés en su mesa. Precisamente del país galo también procede una nueva propuesta que revolucionará la forma de degustar esta bebida. Se trata de D-vine, una máquina que sirve el vino en monodosis y evita tener que abrir una botella para tomar tan sólo una copa.
La idea es simple. Funciona igual que las cápsulas de café que también revolucionaron su forma de tomarlo y que, año tras año, va adquiriendo adeptos. El vino se presenta en pequeñas botellas de 10 cl. , en forma de probetas que se introducen en la máquina. A través de un chip que lleva incorporado la botella, se detecta la temperatura y el grado de oxigenación al que hay que servir el vino. Tras menos de un minuto, ya podemos degustar el zumo de uva en las condiciones perfectas.
D-vine actúa como un sumiller perfecto y permite la cata de diferentes vinos sin tener que abrir todas las botellas. El chip que lleva incorporado, con tecnología RFID, permite que se pueda escanear con el móvil y nos aporte información y la denominación de origen del producto que se va a probar, antes de realizar la cata.
D-vine ofrece una amplia variedad de botellas monodosis que se pueden comprar de forma individual o en packs con selección de diferentes productos. Por el momento, todos los vinos son franceses, pudiendo elegir entre blancos, rosados y negros. Saint Julien Grand Cru Classé de Chäteau Beychevelle, Chassagne Montrachet de Domaine Muzard Lucien et Fils o Bandol de Domaine la Suffrène son algunos de los caldos elegidos.
La máquina D-vine tiene un diseño elegante y es obra de Constance Guisset. Fue presentada en sociedad en la Feria de Tecnología CES, celebrada en Las vegas y acaparó la atención tanto de los que aclamaron la idea, como por los detractores que consideran que un buen vino sólo puede ser servido por un buen decantador.
La idea de D-vine nace de la pasión de tres amigos por los vinos. Hace tres años, Thibaut Jarrousse, Jerôme Pasquet y Luis Da Silva crearon la empresa 10-vins y en ella han desarrollado su visión loca del mundo de la viticultura. Estos ingenieros han creado un concepto diferente de tomar la copa de vino en el salón, una nueva experiencia de degustación que es sencilla y pedagógica a la vez.
© Imágenes D-vine
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