Pocas veces una pieza sin un uso, a priori, muy necesario se ha convertido en todo un referente de la moda y en un icono de una marca. Tan sólo son 60×90 centímetros de tela, pero que guarda en su interior muchísimas horas de trabajo, una imaginación desbordante y miles de historias que contar. Se trata del carré de Hermès, un complemento que lleva más de siete décadas en activo y que ha sabido adaptarse a todas las tendencias y épocas de la moda.
El carré (cuadrado en francés) es un pañuelo de seda con estampados muy coloristas que va más allá de un simple accesorio. Es un objeto de deseo con historia propia que ha sabido adaptarse a las modas. El boca a boca y su uso por parte de celebridades como Jackie Kennedy o la Princesa Grace ayudaron a su popularización, pero el paso del tiempo no ha hecho mella en él y sigue siendo un icono de una de las marcas con más historia del sector.
El primer carré data de 1937 y es obra de Robert Dumas, perteneciente a la familia propietaria de Hermès. Bajo el título “Jeu des Omnibuset Dames Blanches”, su dibujo estaba dedicado a la primera línea de autobús inaugurada por aquel entonces en París entre la plaza de la Bastilla y la Madeleine.
Desde entonces, se han creado más de 1.500 modelos del mítico pañuelo, cada uno de los cuales cuenta una historia.
Y aunque pueda pensarse que se trata tan sólo de un trozo de tela, el carré esconde una ardua labor artesanal y muchas horas de trabajo. Sus cifras son espectaculares. Se necesitan más de 300 capullos de seda, procedente de Brasil, para la elaboración de cada pañuelo; se emplean unas 400 horas en la creación de sus grabados y son necesarias cerca de 800 personas en todo su proceso de creación.
Una creación que se inicia con la imaginación desbordante de unos dibujantes que plasman sus ideas sobre papel. Posteriormente, entra en juego una de las claves de su éxito: el color. Expertos coloristas combinan las diferentes tonalidades para crear una composición vibrante y preciosa, acorde con las modas y los gustos de los clientes. Se crean 10 tonalidades diferentes de cada modelo.
Una vez realizado el diseño, los artesanos crean las planchas – una para cada color- con las que imprimirán el dibujo sobre la seda. El trabajo es rematado por las costureras encargadas de coser los bordes del pañuelo a modo de roulotte, es decir, enrollado con los bordes hacia el exterior.
Luego solo falta usarlo del modo que cada cual prefiera. Una de las ventajas de su versatilidad. Anudado al cuello, en la cintura, como turbante, atado al bolso, como cabestrillo para brazos lesionados…. Sólo es cuestión de la imaginación de cada uno y de su necesidad.
© Imágenes Hermès
Etiquetas: Carré de Hermès, Hermès, Magazine de Lujo, Pañuelo de Seda, Tendencias de Lujo, The Luxury Trends
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