Los amantes del motor y más concretamente del mundo de las dos ruedas siempre buscan algo diferente, algo que consiga transmitir al resto quienes son, como son.
Siempre sueñan como debería ser su moto perfecta y lo cierto es que dentro del mercado poco hay que hacer al respecto. Añadir o cambiar elementos de una moto de serie, era lo único que podían llegar a hacer los más sibaritas para ir moldeando su sueño a la realidad. Hasta que llegó Café Racer Dreams.
CRD se creó en 2010 de la mano de un entusiasta del motor, Pedro García. El cual se encontró precisamente ante el deseo de querer materializar un sueño, crear su propia motocicleta. Pero no sería algo fácil.
Después de ver que ningún taller era capaz de ofrecerle lo que él quería y construirle la moto que tenía en mente, decidió, empezar a crear él mismo su primera moto en el garaje de sus padres y después de esa, construyó dos más. Así pués, creó una trilogía que consiguió vender meses más tarde.
Seguramente, la experiencia de Pedro García en Australia junto un escultor y su bagaje en Ducatti o Porsche, facilitaron la creación de esos primeros sueños inspirados en aquellas increíbles motos preparadas de los años 60 típicas de los rockers del Reino Unido: las café racers.
De hecho, el auge de las motocicletas cafe racer en los últimos años se ha dejado notar. Varias marcas como Ducati (Scrambler Café Racer), Yamaha (Gama Sport Heritage) o Triumph (Street Cup) han realizado modelos hacia esta estética o han reeditado modelos clásicos.
Pero el estilo de las motocicletas de Café Racer Dreams es elegante, refinado y personal. Definir y desarrollar las bases estéticas e identitarias de dicho estilo ha sido el pilar para ser un referente, marcar la diferencia y mantenerse en lo alto después de seis años. Una marca que actualmente es un referente internacional dentro de los fabricantes de motos personalizadas y que cuenta con un showroom estrenado este mismo año e incluso con una línea de accesorios de piel y cascos retro.
Los clientes, repartidos por todo el mundo también han aportado su granito de arena, el grado de exigencia y el reto de satisfacerlos cada vez han ido más allá. De tal forma que CRD ha empezado a customizar vehículos sobre cuatro ruedas. Pero cualquiera no valía, su primera inmersión ha sido con un 911 (964) que mantiene el espíritu clásico y personal característico.
Café Racer Dreams es distinción, clase y exclusividad con “Savoir affair”, como un buen traje o unos buenos accesorios. Aportando al cliente los mismos atributos que elegir una marca de bebida o llevar un buen reloj. Así mismo se define CRD.
Sin lugar a dudas inspirarse en lo retro está en alza y saberlo hacer con estilo tiene un valor añadido importante.
©Images Cafe Racer Dreams, ©Video Enrique Pacheco Xtras
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