Sabiduría milenaria y tecnología punta son los atributos principales que recibe Big Green Egg, un horno inspirado en los antiguos kamados, hornos de arcilla asiáticos de hace más de tres mil años.
La expansión de la vasija data del siglo pasado, cuando los militares estadounidenses destinados en Japón probaron los sabrosos platos que resultaban al ser cocinados en el kamado. Así, se llevaron la tradición a su propio país para poder disfrutar mejor de la cocina.
Varias décadas después, en 1974 Big Green Egg abrió sus puertas en Georgia (Atlanta) para que todos los estadounidenses pudieran adquirir esta joya asiática. Empezaron distribuyendo kamados japoneses y chinos y poco a poco fueron mejorando las características, hasta crear el modelo perfecto: un horno creado con las tecnologías cerámicas desarrolladas por la NASA, y producidos en México, uno de los países con mejor calidad en cuanto a la producción de cerámica.
Big Green Egg ha ido perfeccionando el resultado final de su producto, gracias a la meticulosidad y constancia de sus creadores. Antes de salir de la fábrica, por ejemplo, cada Big Green Egg es sometido a una inspección final. La fábrica, además garantiza el cumplimiento de los más altos estándares de calidad aplicables a la industria culinaria.
Gracias a la combinación de estructura, fabricación y cerámica de alta calidad, Big Green Egg resulta ser un horno original y sostenible, ofreciendo una vida útil superior a la de cualquier otro horno convencional o, incluso, de su misma categoría. Y es que la resistencia, solidez y aislamiento térmico que permiten sus materiales nos permite calentar una y otra vez sin detrimento de su calidad.
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