Sin duda, una de las ciudades más románticas del mundo es Venecia. Pasear por sus callejuelas, navegar por sus canales, descubrir sus cafés, impregnarse de su arte… en buena compañía es una experiencia inolvidable. Sin embargo, la masiva afluencia de turistas puede truncar este romanticismo y lo que debía ser un viaje perfecto y lleno de amor, convertirse en un infierno agobiante.
Sin embargo, existe un lugar a pocos minutos de la Piazza San Marcos y con vistas impresionantes a la laguna de Venecia que es un remanso de paz, un refugio de calma y confort donde disfrutar de esta hermosa ciudad desde otra perspectiva. Se trata del San Clemente Palace Kempinski, un hotel de lujo situado en la isla privada de San Clemente.
Se trata de un hotel de 190 habitaciones y suites, rodeado de un parque centenario y de espléndidos jardines, con vistas extraordinarias a la laguna y al skyline de Venecia. Es el retiro perfecto para alejarse del ajetreo y el bullicio del centro de la ciudad y, además, hacerlo con todas las comodidades. Sus habitaciones, de estilo clásico, ofrecen las mejores vistas de la ciudad y, aunque el ambiente es tradicional con vigas de madera en el techo y lámparas de murano, todas sus estancias están equipadas con lo último en tecnología.
El hotel cuenta con una piscina exterior, cancha de tenis y campo de golf, así como The Merchant of Venice, un spa de lujo donde los huéspedes pueden relajarse con los tratamientos exclusivos de belleza y bienestar que se ofrecen.
La parte gastronómica la forman tres restaurantes y tres bares. El restaurante Acquerello fusiona sabores modernos venecianos con inspiración mediterránea, las mejores parrillas se encuentran en La Dolce, mientras que el toque más informal lo pone el restaurante Insieme. Pero si lo que realmente quiere es una cena romántica perfecta, el hotel San Celemente Palace ofrece la posibilidad de cenar en el Sunset Hill, un escenario ideal para celebrar el amor con vistas a la ciudad de Venecia.
Llegar a él sólo se puede hacer en barco. Por ello, el hotel San Clemente Palace pone a disposición de sus clientes un servicio de barco gratuito que les llevará cada 30 minutos a la Piazza San Marcos y les retornará cuando lo deseen.
Aunque la estancia en el Hotel San Clemente Palace Kempinski puede resultar tan especial que resulte difícil salir de él, es recomendable visitar la ciudad de Venecia, pasear por sus callejuelas, navegar por sus canales, descubrir sus cafés e impregnarse de su arte. Y, a pesar de que es difícil ignorar a los turistas, si la compañía es la perfecta, puede resultar uno de los viajes más románticos de su vida.
©Imágenes San Clemente Palace Kempinski
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